"Ya no creemos solo por lo que tú dijiste… ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo." Juan 4:42 NVI
¿Quién puede comprobar que Dios existe? Será que ¿en verdad no puede comprobarse la existencia de Dios? Estas 2 preguntas cambiaron definitivamente mi manera de ver y entender el cristianismo, pero aún más la respuesta tan simple que ambas preguntas tienen.
Durante el tiempo que asistí al Instituto Cristo para las Naciones en la ciudad de México, hubo una clase en especial que marcó un "antes y después", el tema era la existencia de Dios. Y hoy quiero hacerles la misma pregunta que ese día nos planteó el profesor, ¿cómo podemos comprobar que Dios existe?
"¿somos cristianos o payasos?"
A decir verdad, parecía imposible fallar ante una pregunta tan simple, quiero decir, es que ¿somos cristianos o payasos?, claro que Dios existe - me dije -, la biblia lo dice y si no, ¿a quién seguimos?
De inmediato se dejaron escuchar respuestas con un alto contenido y sustento teológico, las respuestas poéticas y metafóricas, las que tenían una explicación científica, y por supuesto que hubo quien se mostró ofendido por tan altanera pregunta por parte del fundador de la iglesia que respaldaba al CNM en México - mira que poner en duda la existencia de Dios - cómo era posible que él cuestionara lo que él mismo predicaba.
Al final ninguna respuesta pareció convincente y al mismo tiempo todas podían ser correctas. Pero lo que más me sorprendió ese día fue escuchar de parte de un alumno que "Dios existe porque la biblia lo dice", y como es la palabra de Dios mismo entonces así debe ser, así de simple.
Ante este razonamiento mi profesor respondió, con una muy leve sonrisa: "Y porque lo dice la Biblia es verdad" y "si lo que dice la biblia es un invento". Esto, claramente, provocó aún más la ira de algunos cuantos religiosos.
La respuesta en verdad es muy simple, y tiene que ver nuestra capacidad de creer y decidir.
Todo lo que dice la Biblia, todas las historias, todos esos casos de victoria y sanidad, todo, absolutamente todo, tiene que ver con la decisión de creer. Y podrías preguntarme, ¿entonces podría creer en lo que yo quisiera y darle el nivel de dios? La respuesta es, sí, claro que podemos. De hecho lo hacemos todos los días dándole prioridad a miles de cosas antes que Dios - nuestro creador -.
El hecho es que, creer en uno mismo, en la ciencia sin Dios, o en teorías y doctrinas modernas que invitan al ejercicio introspectivo, al “YOLO” (solo se vive una vez - por sus siglas en ingles) o al "cúrate a ti mismo", resulta más fácil porque éstas no te confrontan contigo mismo ni con un creador, por el contrario te ayudan a justificar una conducta autodestructiva y dañina, te colocan en el centro del universo y eso te hace pensar que no necesitas de un Dios.
Hay cientos de cosas que no podemos elegir, no puedes elegir a tus padres, la ciudad donde naciste o el color de tu piel, pero dentro de las muy pocas cosas que sí puedes elegir está creer en Dios.
Por eso, el seguir a Cristo como el matrimonio, nace de tomar una decisión personal, de una relación individual con Jesús; claro que Dios existe si así lo crees. Claro que lo que dice la Biblia es real, y en consecuencia la iglesia y la convivencia con otros cristianos es necesaria, y por sue puesto que los ejercicios introspectivos pueden ser de ayuda, pero si no partimos de un vínculo con Dios entonces nada de eso funcionará, porque entonces seguiremos perteneciendo a una religión, siguiendo tradiciones o modas pasajeras y estableciendo nuestras propias reglas a conveniencia pero postergando nuestros espíritus vacios.
Piensa en esto.
Haz una lista de prioridades,
¿quién o qué ocupa el primer lugar?
¿Qué eventos de tu vida han sucedido por una decisión influenciada únicamente por ti?
¿Qué efectos han tenido en tu vida?
